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El crimen que sucedió en La Habana y lleva un siglo sin resolverse

18 julio, 2024
crimen

Le llaman “El crimen del siglo”, incluso algunos dicen que es “el crimen perfecto”. Y es que en La Habana de la pasada centuria, un homicidio de terror sacudió a sus habitantes, e incluso a quienes se enteraron por los medios de prensa fuera de la ciudad. 

La víctima de este crimen es Rachel Keigester, conocida como la Rosa de Francia. Esta mujer fue una codiciada prostituta en La Habana que apareció con el cráneo destrozado en su bañera, y totalmente desnuda. El cadáver fue encontrado totalmente descompuesto. 

Hasta el día de hoy no se conoce quién la mató, pues tampoco apareció el arma homicida. 

Así lo cuenta el periodista cubano Ciro Bianchi, especializado en seguir eventos curiosos en la Isla: “la mujer, de unos 30 años de edad, no había opuesto resistencia a su agresor, y el robo no fue el motivo del crimen. Joyas y dinero de la occisa eran perfectamente visibles en su habitación y la casa estaba en perfecto orden. La sangre en el baño no concordaba con las heridas. 

“Las gotas de sangre y el mechón de cabellos que aparecieron en la escalera no condujeron a ninguna parte, y pronto se desestimó que el alcohol, cuyo olor emanaba del cadáver, hubiese sido la causa de un resbalón. Para hacer más misterioso el asunto, la puerta del apartamento estaba cerrada por dentro, lo que obligó a la Policía a echarla abajo”.

¿Qué sospechosos tuvo este crimen?

El primer sospechoso del crimen fue el amante de la víctima, Alberto Jiménez Rebollar, quien dio el parte a la policía tras no poder localizarla. Sin embargo, este hombre no pudo ser el asesino, porque el día y la hora en que fue asesinada Rachel, según el forense, él estaba en compañía de amigos, muy lejos de la casa de la occisa. 

Otros tres hombres estuvieron cerca de la víctima en los tiempos. Ellos fueron, según Bianchi, los siguientes:  Oscar Villaverde, con quien, pese a estar ya divorciados, mantenía una relación amistosa; el norteamericano Roy C. Clark, representante en Cuba de la marca Ford, y Mario Mendoza. Clark fue interrogado por la Policía, y Rebollar y Villaverde guardaron prisión preventiva. Mendoza, beneficiado con la inmunidad parlamentaria, no fue molestado, ni la autoridad registró su garçonniere, pese a saber de la orgía que tuvo lugar allí el 4 de diciembre de 1931, la misma noche de la muerte de Rachel”. 

Hasta hoy entonces en día el crimen sigue impune.Y, de acuerdo dijo el periódico español El País, la policía hizo pocos esfuerzos por solucionar el caso.

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